"a) Docente de la Universidad Estatal del Sur de Manabí, Ecuador, walterpinfi@yahoo.com"
"b) Docente de la Universidad Estatal del Sur de Manabí, Ecuador, alexandra.pita@unesum.edu.ec"
"c) Docente de la Universidad Estatal del Sur de Manabí, Ecuador, vanesa.santos@unesum.edu.ec"
Aspectos teóricos para la gestión sostenible del turismo rural en la zona Sur de Manabí, Ecuador
"Walter Jesús Pin Figueroa" *
"Alexandra Elsy Pita Lino"
"Vanessa Teresa Santos Moreira"
Resumen
En este documento se analizan aspectos teóricos y metodológicos que aportan al diseño de un modelo de gestión sostenible de turismo rural en la zona Sur
de la provincia de Manabí. Se realizó una búsqueda bibliográfica que permitió estudiar las especialidades del turismo rural, identificar sus principales
particularidades y el modelo de desarrollo turístico en el cual se puede enmarcar, así como detallar los elementos centrales a considerar en el diseño e
implementación de estrategias de intervención sostenibles para el territorio en el turismo rural cafetalero. Se reafirma la importancia y contribución del
turismo a la economía ecuatoriana, considerando dos indicadores macroeconómicos básicos, el Producto Interno Bruto (PIB) y la generación de empleo.
El estudio se desarrolló en el marco de las investigaciones del Programa Ecoturístico-forestal en el proyecto "Indicadores de sostenibilidad para la gestión
ambiental enfocada al turismo. Fase 1. Referentes teóricos metodológicos” de la Universidad Estatal del Sur de Manabí, Ecuador.
Palabras clave: turismo rural, turismo sostenible, indicadores de sostenibilidad, Manabí, desarrollo turístico.
Theoretical aspects for the sustainable management of rural tourism in the southern area of Manabí,
Ecuador
Abstract
This document analyzes theoretical and methodological aspects that contribute to the design of a model of sustainable management of rural tourism in the
southern area of the province of Manabí. A bibliographic search was conducted to study the specialties of rural tourism, identify its main features and the
tourism development model in which it can be framed, as well as detail the central elements to be considered in the design and implementation of sustainable
intervention strategies for the territory in rural coffee tourism. The importance and contribution of tourism to the Ecuadorian economy is reaffirmed,
considering two basic macroeconomic indicators, the Gross Domestic Product (GDP) and the generation of employment. The study was developed within
the framework of the research of the Ecotourism-Forestry Program in the project "Indicators of sustainability for environmental management focused on
tourism, Phase 1. Methodological theoretical references" of the Southern State University of Manabí, Ecuador.
Keywords: rural tourism, sustainable tourism, sustainability indicators, Manabí, tourism development.
Dirección para correspondencia: walterpinfi@yahoo.com
Artículo recibido el 02 - 02 - 2018 Artículo aceptado el 20 - 04 2018 V0L 3, No. 1 (Enero Abril), AÑO 2018
Conflicto de intereses no declarado.
Fundada 2016 Unidad de Cooperación Universitaria de la Universidad Técnica de Manabí, Ecuador.
28 RECUS. REVISTA ELECTRÓNICA COOPERACIÓN - UNIVERSIDAD SOCIEDAD. UTM ECUADOR ISSN 2528 - 8075
Pin Figueroa, Pita Lin, Santos Moreira
1. Introducción
El turismo rural posee múltiples acepciones, a veces ambiguas y mal
acotadas (Rengifo, 2013a). Desde el Siglo XX, muchos autores reconocen
el papel del turismo como instrumento de desarrollo económico (Cooper et
al., 2007; Dwyer y Foryth, 2006; Lickorish y Jenkins, 2000; Herrera y
Fernández, 2010). Actualmente el turismo es la actividad económica más
importante que está presente en las estrategias nacionales, regionales y
locales de casi todos los países, por su importancia para generar empleo y
mejorar la calidad de vida de los pobladores. Esta actividad beneficia al
sector más vulnerable de cualquier localidad rural, como a las mujeres y
jóvenes, por lo que es evidente la necesidad de hacer propuestas que
permitan un turismo sostenible o consciente.
Según Santistevan et al., (2014) las áreas cafetaleras del Ecuador
abarcan 199 215 ha. cultivadas, de ellas el 68% corresponde a la especie
Coffea arábica y el 32% a Coffea canephora, distribuido en 23 provincias
del país. En Jipijapa, Manabí se concentra el café arábico considerado de
mejor calidad. Las fincas cafetaleras en la localidad son muy diversificadas,
la producción de café es la actividad más importante, que se complementa
con producción agropecuaria para el autoconsumo.
Los bajos rendimientos del café arábico en Jipijapa, se observan desde
el 2014. Los resultados muestran la necesidad de una mejora importante en
el manejo técnico del cultivo. El déficit de servicios básicos y de
infraestructura, es también es significativo (Santistevan et al., 2014). A
pesar de los múltiples esfuerzos realizados para la recuperación de la
actividad cafetalera, el producto no se ha recuperado, por lo que la
población del área debe suplir la falta de empleo buscando alternativas que
le permitan mejorar su calidad de vida.
En la zona sur de la provincia de Manabí, la población dedicada a la
actividad cafetalera conserva las tradiciones y costumbres que han sido
acumuladas con el tiempo mediante la comunicación oral. El territorio
cuenta con recursos turísticos interesantes, elementos que con una sólida
base teórica se podrían convertir en oferta de turismo rural. Esto se puede
lograr rescatando experiencias exitosas desarrolladas en Europa en países
como: Francia, España y Alemania. En América las experiencias exitosas
de México con el tequila, en Argentina con la yerba mate y en Colombia
con el café. Hasta el momento en Ecuador no se registran experiencias
exitosas de este tipo.
Bajo estos antecedentes es importante la investigación para la creación
de bases conceptuales, que permitan desarrollar esta forma de oferta
turística teniendo como eje temático el café en la zona cafetalera de la zona
sur de Manabí.
2. Materiales y Métodos
Se realizó una investigación apoyada en el método de trabajo de campo;
las entrevistas aplicadas en la zona de estudio permitieron la recolección de
datos, se utilizó además el método bibliográfico documental.
La investigación se realizó en la zona Sur de la provincia de Manabí,
Ecuador. Se recabó información de las potencialidades del lugar para
enfrentar el turismo rural, como punto de partida para trazar estrategias de
desarrollo local.
3. Resultados
3.1. Principales concepciones teóricas que sustentan la
investigación
3.1.1. Antecedentes del turismo rural
El turismo en el espacio rural (TER), empieza como una actividad que
pretende mitigar la emigración de las zonas rurales, generar ingresos
complementarios en las economías rurales, beneficiarse del intercambio
cultural entre el mundo urbano y rural, revalorizar los modelos de vida rural
y diversificar la economía (Beteille, 1996).
En una primera fase de su desarrollo hasta los años sesenta, el TER es
simplemente alojamiento en la campiña, es un fenómeno puntual y
esporádico en la mayor parte de Europa. Esta iniciativa se afianzó en las
zonas de montaña, en los Alpes alemanes, en conjunción con el alpinismo
y el montañismo, en el Tirol y en Baviera. En el caso español se compara
con las vacaciones en casas de labranza de los os sesenta, que permitieron
incrementar las rentas de las familias, en un medio con poca diversidad, a
la vez que se concedían ayudas para adaptar y mejorar las viviendas para
alojar a los huéspedes (Villarino y Cánoves, 2000).
Los dos componentes del factor tiempo (estacionalidad y frecuencia de
las estancias en las granjas), desencadenan una primera diferencia entre los
espacios rurales, regionales o locales. En la mayoría de los espacios rurales
la presencia de turistas se concentra en ocho o diez semanas entre julio y
agosto, o en zonas más mediterráneas como: Grecia, España y Portugal
hasta doce o catorce (desde mediados de junio hasta finales de septiembre),
otros agricultores y territorios pueden llegar a las treinta semanas e incluso
más, si se considera la doble temporada de verano e invierno con los
deportes de nieve.
La divergencia entre objetivos y potencialidad, genera un
comportamiento económico diferente para las explotaciones implicadas y
los agricultores, a la vez que no tiene el mismo impacto sobre el desarrollo
local. Puede hablarse de un TER esporádico con una frecuencia de turismo
breve e irregular, como lo sería en zonas rurales periféricas, con una
implantación de casas rurales muy incipiente.
En España se da el caso en Castilla la Mancha, Castilla-León y
Extremadura, de forma similar en zonas interiores de Francia o zonas
periféricas de Inglaterra o Portugal (Ramos y Marengo, 1999). El
fraccionamiento de las vacaciones se va afianzando junto con las
facilidades de acceso y de movilidad de los turistas, permitiendo una
ampliación de los espacios y las estancias en las casas de TER que se ubican
próximas a los ejes rápidos de desplazamiento.
El esquema que plantea Pigram (1983) es muy interesante, destaca la
utilización de espacios rurales de ocio en función de la disponibilidad del
tiempo de desplazamiento; en esta línea Shaw y Williams (1994) van más
allá, apuntan que no es sólo la variable distancia, sino que hay una base
socioeconómica en el uso del espacio rural.
En el TER se habla de actividades muy variadas: el simple alojamiento,
la restauración, venta de productos elaborados en las explotaciones,
actividades complementarias de ocio, prestación de servicios no agrícolas,
etc. Diversas son las fórmulas y figuras existentes en Europa, y cada país y
región hace énfasis en una o varias de ellas.
RECUS. PUBLICACIÓN ARBITRADA CUATRIMESTRAL. V0L 2, AÑO 2017, No. 3 (Septiembre - Diciembre)29
Aspectos teóricos para la gestión sostenible del turismo rural en la zona Sur de Manabí, Ecuador
Se marcan dos modelos de desarrollo en esta etapa de TER, uno
enmarcado casi exclusivamente en el alojamiento, basado en habitaciones
en la propia casa, alojamiento rural independiente, o en Francia que se
utiliza la modalidad de camping rural. Ambas modalidades son
consideradas rentas complementarias a la agricultura y pueden clasificarse
como turismo verde, por lo que no constituyen una amenaza para la
principal actividad agrícola y ganadera.
El TER ha evolucionado dando como resultado un campo amplio de
combinación de prestaciones y productos mercantiles relacionados con la
agricultura de las zonas. Esto permite revalorizar la gastronomía regional,
la producción y sus derivados según el territorio. Otro grupo de agricultores
se enmarca en esta diversidad que se destaca por otros servicios, como las
rutas a caballo, el senderismo, el rafting; actividades vinculadas al consumo
del espacio natural rural. En este grupo es s común abandonar las
actividades agrícolas, dada la dificultad de compaginar ambas.
Ardillier-Carras (1999) se enfoca en que el otro ámbito es la
profesionalización turística de los agricultores que reemplazaron la
producción ganadera por granjas escuela o lúdicas; en este caso la actividad
rural es más un recurso pedagógico o de espectáculo que una actividad
mercantil. El agricultor se transforma en un promotor de ocio en el espacio
rural. Estas nuevas actividades entran en concurrencia con actividades
idénticas de origen no agrícola, como los parques temáticos; situación que
genera conflictos con los hoteles y restaurantes que solicitan que esta
actividad se regule.
3.1.2. Conceptos de turismo rural
Bardón (1990), indica que «el turismo rural es una noción muy amplia
que abarca tanto el agroturismo o turismo en casa del agricultor, como
cualquier otra actividad turística que se desarrolle en el medio rural».
Gilbert (1992), considera que «el turismo rural consiste en un viaje o
pernoctación en una zona rural, ya sea agrícola o natural, que cuenta con
una baja densidad de población»
Blanco y Benayas (1994), no definen el turismo rural, lo abarcan dentro
de los nuevos productos turísticos relacionados con la naturaleza y
definidos como «aquellas actividades recreativas y turísticas que se realizan
en el medio rural y en la naturaleza incluyendo, por tanto, todas las formas
de turismo asociadas a dichos términos (ecoturismo, agroturismo, turismo
cultural, turismo de aventura, turismo deportivo... etcétera)».
Galiano (1991), defiende una concepción amplia del término acorde con
la realidad española, incluyendo el agroturismo (directamente relacionado
con las explotaciones agrarias), y todas las actividades deportivas,
culturales, entre otras, que se lleven a cabo en el medio, dentro del turismo
rural.
Estas conclusiones tienen su punto de partida en la definición de turismo
rural dada por la Secretaría General de Turismo: «turismo rural es todo tipo
de aprovechamiento turístico en espacio rural, siempre que cumpla con una
serie de limitaciones: a) Que se trate de un turismo difuso, por oposición al
turismo intensivo de sol y playa o urbano. b) Que sea respetuoso con el
patrimonio natural y cultural. c) Que implique la participación activa de la
población local. d) Que mantenga las actividades tradicionales del medio,
huyendo del gigantismo y del monocultivo turístico».
Por su parte Blanco (1996), lo considera «una expresión singular de las
nuevas formas de turismo, caracterizada por: a) Desarrollarse fuera de los
núcleos urbanos. b) Producirse de forma reducida, a través de espacios
generalmente amplios. c) Utilizar de manera diversa recursos naturales,
culturales, patrimoniales, de alojamiento y servicios, propios del medio
rural. d) Contribuir al desarrollo local y a la diversificación y
competitividad turística». Y para Valdés y Ruiz (1996), «el turismo rural es
la actividad turística que se desarrolla en el medio rural y cuya motivación
principal es la búsqueda de atractivos turísticos asociados al descanso,
paisaje, cultura tradicional y huida de la masificación».
Por su parte Fuentes (1995), ofrece una definición enfocada en la oferta
y la demanda, entendiendo por turismo rural «aquella actividad turística
realizada en el espacio rural, compuesta por una oferta integrada de ocio,
dirigida a una demanda cuya motivación es el contacto con el entorno
autóctono y que tenga una interrelación con la sociedad local».
En octubre de 2008 se lanzó el Proyecto Nacional de Turismo Rural
(PRONATUR). Este proyecto define el turismo rural como toda modalidad
turístico-recreativa que se desarrolla en establecimientos del ámbito rural o
en sus inmediaciones, y que permite al visitante conocer, compartir y
aprender costumbres y tradiciones, a través de actividades cotidianas,
productivas y culturales, y sensibilizarse sobre el respeto y valor de la
identidad cultural de las comunidades y pueblos rurales. Incluye todas las
actividades que desarrolla el turista en el medio rural, tanto aquellas que se
realizan en los establecimientos agropecuarios que abren sus puertas (con
o sin alojamiento) a las personas para observar (y, eventualmente,
participar) las siguientes actividades (diversificadas o no) realizadas en el
interior de uno o más predios:
- Ganadería, granja y apicultura.
- Agricultura, incluyendo floricultura, cultivos bajo cubierta,
hidroponía, etc.
- Acuicultura.
- Explotaciones forestales,
- Actividades agroindustriales, principalmente artesanales.
Se consideran actividades de turismo rural también:
- Cabalgatas y deportes hípicos.
- Paseos/senderismo, avisaje de flora y fauna y observación de
entornos naturales.
- Actividades de fabricación y venta de artesanías.
- Actividades étnicas culturales.
- Gastronomía regional.
- Safaris fotográficos.
- Actividades recreativas en general.
De acuerdo a esta definición, pueden considerarse actividades
comprendidas en el turismo rural, al menos las siguientes:
- Ecoturismo.
- Turismo cultural.
- Travesías.
- Circuitos fluviales y marítimos en el entorno rural.
En España, el turismo rural no constituye una competencia al turismo
sol y playa, es un complemento y permite diversificar las economías locales
del territorio interior. Estas nuevas actividades turísticas han ayudado a
revitalizar las zonas abandonadas y aisladas (Canoves y Herrera, 2005).
Estos enfoques coinciden con lo plateado por Rengifo (2013b) en cuanto a
que el turismo rural posee muchas acepciones, a veces imprecisas e
incorrectamente formuladas.
30 RECUS. REVISTA ELECTRÓNICA COOPERACIÓN - UNIVERSIDAD SOCIEDAD. UTM ECUADOR ISSN 2528 - 8075
Pin Figueroa, Pita Lin, Santos Moreira
En América del Sur, en Argentina, el turismo rural ha crecido en las
últimas décadas, permite un acercamiento de los visitantes a la cultura
agropecuaria. Tanto los objetivos como los actores que impulsan este tipo
de turismo son variados y se interrelacionan; la oferta, la intención de poner
en valor espacios y recursos turísticos para favorecer el desarrollo local,
disminuir el impacto de la estacionalidad del turismo de sol y playa, o a
nivel microeconómico complementar la producción de establecimientos
agropecuarios; la demanda, las nuevas expectativas de los turistas, más
interesados en conocer diferentes patrimonios, en destinos aptos para viajes
cortos, y la necesidad cada vez más imperiosa de escapar del estrés
provocado por el ritmo de vida urbano.
3.1.3. El Sistema turístico
Según la Organización Mundial de Turismo (OMT) La naturaleza de
la actividad turística es un resultado complejo de interrelaciones entre
diferentes factores desde una óptica sistemática, un conjunto de elementos
interrelacionados entre sí que evolucionan de forma dinámica.
Se distinguen cuatro elementos básicos en el concepto de actividad
turística:
1. Demanda: conjunto de consumidores o posibles consumidores de
bienes y servicios turísticos.
2. Oferta: conjunto de productos, servicios y organizaciones
involucradas activamente en la experiencia turística.
3. Espacio geográfico: base física donde se entrelazan la oferta y la
demanda, es donde se sitúa la población residente, considerada un
importante factor de cohesión o disgregación, según el nivel de
compromiso logrado con ellos a la hora de planificar la actividad
turística.
4. Operadores de mercado: son empresas y organismos cuya función
principal es facilitar la interrelación entre la oferta y la demanda
(agencias de viaje, compañías de transporte regular, organismos
públicos y privados que, mediante su labor profesional, son artífices
de la ordenación y/o promoción del turismo).
Para Leiper (1979) el sistema turístico parte de una proposición simple:
sin turistas el sistema turístico no tiene ninguna base empírica. Bajo esta
premisa, los elementos del sistema se identifican considerando el patrón
general de los itinerarios de los turistas. Cada itinerario genera tres
elementos geográficos necesarios para que se produzca el viaje: la región
de procedencia del viajero, donde se forman las motivaciones y se
acumulan los recursos necesarios, la ruta de tránsito, y la región de destino.
La ruta de tránsito, es por donde pasa el turista para llegar a su destino.
Este constituye el tercer elemento geográfico del sistema y es el que origina
el viaje del turista en búsqueda de alguna experiencia turística.
El elemento restante en el modelo de Leiper (1979) es la industria de
los viajes y comprende a todas las organizaciones centradas en el negocio,
situadas a lo largo del itinerario, en cualquiera de los tres elementos
geográficos señalados (agentes de viajes y otros minoristas turísticos,
compañías aéreas y otros transportistas, así como alojamientos de paso).
Finalmente, en el destino turístico, se encuentran los alojamientos, los
tours operadores locales y minoristas especializados, restaurantes y
espectáculos dirigidos a los mercados turísticos.
Leiper (1979) en su modelo se basa en que todos los elementos del
sistema turístico interaccionan entre sí, y como sistema abierto, también
con su ambiente, en concreto con los entornos humano, sociocultural,
económico y físico. Otros modelos inciden más en las relaciones que se
producen en el sistema, especialmente con el entorno, dotando al turismo
de un carácter multidisciplinar; considerándolo como un sistema
influenciado por los entornos económico, sociológico, político,
psicológico, ecológico y tecnológico, y donde se producen relaciones entre
el turista y el destino, las empresas y la organización turística, en ambos
casos considerados subsistemas. Queda claro que, con independencia del
modelo que se utilice, el enfoque sistémico refuerza la importancia del
marketing relacional y la cooperación empresarial en el sector turístico.
3.2. Datos estadísticos de la demanda turística en Ecuador
Según información publicada por la Organización Mundial del Turismo
(OMT) en su Barómetro del Turismo Mundial, durante el año 2015 se
registraron 1.186 millones de llegadas internacionales, 4.5% más que las
contabilizadas en el año 2014, manteniéndose una perspectiva alentadora
para el sector turístico mundial. El 51.2% de arribos correspondió a Europa,
el 23.5% a Asia y El Pacífico y el 16.2% a América, entre otros.
Ecuador es un país plural y diverso, su belleza paisajística y abundancia
de recursos naturales, lo ponen entre los principales destinos turísticos a
nivel mundial. Sin embargo, en el año 2015 ocurre un decrecimiento del
0,80% en relación al año anterior, se registraron 1.544.463 llegadas de
extranjeros; sus principales mercados emisores fueron el continente
americano, destacándose Colombia, Estados Unidos y Perú, con una
participación relativa del 22.5%, 17% y 10.7% respectivamente. Europa
mantiene una cifra significativa, España, Alemania y Reino Unido
contribuyeron con un aporte del 4.3%, 2.1% y 1.7% respectivamente
(Ministerio del Turismo, 2017).
A pesar de ser el turismo un motor impulsor del desarrollo endógeno,
este desarrollo muestra síntomas de insostenibilidad por la
sobreexplotación de varios recursos para la elaboración de artesanías, entre
otros ejemplos. A esto se suma que esta actividad aún no ha sido explotada
en todas sus dimensiones.
3.3. Aporte del turismo a la economía ecuatoriana
El análisis de indicadores macroeconómicos básicos como el Producto
Interno Bruto (PIB) y la generación de empleo permiten percibir la
importancia y contribución del turismo a la economía ecuatoriana.
El ingreso de divisas por concepto de turismo registrado en la balanza
de pagos (viajes y transporte de pasajeros), ascendió en el año 2015 a
1.557,4 millones de dólares, valor que, comparado con los recursos
provenientes de las exportaciones de los principales productos, ubicó al
turismo en ese año, como el tercer rubro de aporte en ingresos, después del
banano, plátano y camarón (Ministerio de Turismo del Ecuador, 2017).
En el año 2015, el porcentaje del consumo turístico receptor en el PIB
se ubicó en el 1.6%, a diferencia del registrado en el 2014 (1.5%), esto
refleja un aumento en el ingreso de divisas por turismo en ese año, como
resultado de la implementación de estrategias promocionales orientadas a
incrementar tanto las llegadas de visitantes no residentes, como del gasto
de consumo turístico receptor (Ministerio de Turismo del Ecuador, 2017).
El consumo turístico emisor (CONTUREM) hace referencia al
consumo efectuado por los residentes de Ecuador en sus viajes al exterior.
RECUS. PUBLICACIÓN ARBITRADA CUATRIMESTRAL. V0L 2, AÑO 2017, No. 3 (Septiembre - Diciembre)31
Aspectos teóricos para la gestión sostenible del turismo rural en la zona Sur de Manabí, Ecuador
Durante el año 2015, el peso del consumo turístico emisor en el PIB fue
1.0%, igual al registrado el año 2014 (Ministerio de Turismo del Ecuador,
2017).
El otro indicador analizado para dimensionar el impacto y la
importancia del turismo para la economía ecuatoriana es su capacidad para
generar empleo, fundamentalmente para las poblaciones rurales, y grupos
vulnerables de la población. El sector del turismo ha generado 344.800
empleos directos e indirectos (INEC, 2015). En empleos directos e
indirectos, el 67 % son mujeres, dato que se ha incrementado.
Ecuador se está encaminando de una buena manera en la situación
laboral y sobre todo está dando importancia al campo turístico. No obstante,
en el primer trimestre del año 2017 se mostró una baja en empleo del 5,7%
a 5,4% según los informes de la Organización Internacional del Trabajo
(OIT 2017) y el Instituto Nacional de Estadística y Censo (INEC, 2017).
3.4. Resultados del análisis de la literatura consultada
En el estudio realizado por Ignasi y Alarcón (2008) se analiza la
naturaleza de las estrategias de creación de negocios rurales. Estas
estrategias se trazan según la relación desigual posición social y conexión
con el mundo rural de los empresarios de turismo rural. De acuerdo con su
situación social y profesional en el mundo rural, se han identificado tres
tipos de propietarios de establecimientos turísticos: a) granjeros-ganaderos;
b) profesionales sin actividades agrícolas o ganaderas; c) neorrurales. Esta
tipología de propietarios se explica por el proceso de desagrarización y de
diferenciación entre agricultura y turismo.
De manera que el motivo para desarrollar establecimientos de turismo
rural es la propiedad de patrimonio por parte de aquellos que pueden
beneficiarse del proceso de desagrarización y de la nueva distribución de la
propiedad rural fruto del éxodo rural ocurrido en la región en las últimas
décadas.
El desarrollo del sector turístico rural en España se produce en el
contexto de un sector con un producto diverso y evoluciona con las
estrategias de sus promotores y la continua transformación socioeconómica
de las áreas rurales. El alcance del producto de turismo rural en Europa se
efectúa en términos de “cualquier actividad turística en áreas rurales”
(Pierini, 2003). Esta definición enmarca la heterogeneidad de situaciones
que incluyen agroturismo, ecoturismo y turismo cultural.
Desde la perspectiva del alojamiento puede coexistir el alojamiento en
el núcleo de pequeños municipios, en explotaciones agrícolas activas, en
construcciones que son patrimonio arquitectónico, en nuevas
construcciones ad hoc, etc. También puede considerarse alojamiento rural
tanto el compartido con los propietarios, como al independiente (sin los
propietarios), e incluso el alojamiento en hoteles y apartamentos, siempre
y cuando estén situados en un área rural (Cánoves et al., 2004).
En la tabla 1 se describe la bibliografía consultada, aparecen los
diversos enfoques analizados con el aporte de cada experto en la materia, y
las conclusiones del estudio de cada autor, se analizaron a profundidad tres
autores Vázquez (2013); García (2003), Román y Ciccolella (2009) y
Barrera (2009).
Tabla 1.
Resultado de análisis de la bibliografía revisada y aporte de expertos
Autor
Resumen
Conclusión
Aporte de los
expertos
Vázquez
(2013)
Pensamiento
sistémico (se analiza
el turismo como un
sistema mediante la
metodología
denominada
dinámica de
sistemas). El
modelo dinámico
del turismo, simula
y pronostica el
comportamiento del
turismo.
Este modelo se
adecua a los
objetivos de un
territorio para
establecer una
oferta de turismo
rural.
Se debe de
elaborar una
estrategia que
posibilite la
aplicación de esta
metodología.
Permite el estudio
de potencial
demanda turística
que tendría el
territorio.
Involucramiento
de la población
local.
García
(2003, p.
64)
Turismo rural.
Además de
alojamiento,
actividades y
servicios
complementarios,
ha de existir una
relación sostenible
entre naturaleza,
comunidad local y
turistas y, para llegar
a ello, el desarrollo
del turismo rural se
ha de realizar de
forma gradual.
Levantamiento de
información,
sobre recursos
turísticos en el
territorio, para ser
incorporados a la
oferta de turismo
rural.
La
implementación
debe ser en forma
gradual
El inventario de
recursos turísticos
es imprescindible.
El patrimonio
cultural tangible e
intangible del
territorio, debe
incorporase a la
oferta.
Debe de analizarse
los indicadores de
sostenibilidad, que
intervienen en
estos procesos.
Román y
Ciccolella
(2009)
Definen el turismo
rural tanto por su
inserción espacial
como por la
motivación
principal del viaje
que implica conocer
y tener contacto con
el paisaje, la forma
de vida y las
tradiciones propias
del territorio rural
El mantener la
cultura local, es
uno de los
atractivos de la
oferta.
Mantener intacto
las formas de vida
de la población
local, generaría un
valor agregado a la
oferta.
Barrera
(2009)
No es un negocio de
hotelería, sino uno
que ofrece a los
visitantes la
singularidad de la
cultura y los paisajes
de las zonas rurales,
volcados en un
producto turístico
cargado de identidad
local.
Se debe destacar
la producción
local, que trasmita
identidad.
El café es un
producto que
puede trasmitir la
identidad local.
Mediante la
incorporación de
derivados y
además de la forma
de producirlo
durante
generaciones.
Fuente: elaboración propia.
4. Discusión
La cuestión no es tanto comparar la evolución de un producto bien
definido entre diferentes países, sino las condiciones por las que en cada
área rural los agentes promueven unas tipologías específicas de producto
turístico.
El grado de modernización, lo avanzado de la crisis o la regeneración
de la industria agrícola, son factores determinantes en la configuración del
producto turístico rural dominante en una determinada región.
Desde la perspectiva de los intereses de los agentes, diversos autores
indican que el desarrollo rural contemporáneo se explica en relación a los
intereses particulares y heterogéneos de crecientes sectores de la población
32 RECUS. REVISTA ELECTRÓNICA COOPERACIÓN - UNIVERSIDAD SOCIEDAD. UTM ECUADOR ISSN 2528 - 8075
Pin Figueroa, Pita Lin, Santos Moreira
rural europea (Van der Ploeg et al., 2000, Gravsholt Busck, 2000; Valsero
y Durán, 2003).
El control que los propietarios agrícolas ejercen sobre los recursos, su
capacidad para reorientar su esfuerzo y su determinación para mantener el
control son factores que tendrán un papel crítico en la configuración del
futuro de las áreas rurales (Sonnino, 2004: 287).
Desde la Teoría General de Sistemas bajo los criterios de varios autores
el sistema turístico es referido como una realidad totalizadora, es decir,
como un fenómeno que presenta ciertas características que pueden ser
explicadas a través del conocimiento de las diversas variables y relaciones
que lo conforman (Leiper, 1979; Molina et al, 1991 y O'Leary, et al., 1998);
por ejemplo: el estudio del turismo requiere identificar los elementos y las
variables que lo componen (demanda, oferta, producto, infraestructura,
superestructura, atractivos turísticos, motivaciones, transporte, publicidad,
entre otros), al mismo tiempo de analizar la forma en la que se establecen
las relaciones económicas, geográficas, políticas, culturales, entre otros.
Por tanto, no puede ser explicado a partir de la función de partes
aisladas, sino más bien de la interacción de dichas partes. Es importante
señalar que el sistema turístico dentro de la Teoría General de Sistemas
es un sistema sociocultural, debido a que se encuentra enlazado por
relaciones simbólicas (gustos, preferencias, motivaciones, intereses y
publicidad, por mencionar algunas).
Referencias
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Barrera, E. (2009). Módulo 3. Desarrollo de productos turísticos rurales.
Buenos Aires: Escuela para Graduados “Alberto Soriano”. UBA.
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